Calzonescortos, el Caballero, tenía un importantísimo mensaje que darle al rey, pero gracias a un joven muchacho, a quien no le gustaba limpiar, el caballero se olvidó del mensaje, lo cual trajo desastrosas consecuencias.
Ignacio Ibáñez, un chico estudioso, no era hábil para los deportes. Para compensar esto inventaba historias increíbles de grandes hazañas que él nunca había hecho. No se imaginaba que aquellas historias un día lo pondrían cara a cara con un verdadero peligro.