nació en Portsmouth en 1812, es considerado el novelista más influyente de la era victoriana. Su infancia estuvo marcada por la pobreza y el trauma: a los 12 años, tuvo que abandonar la escuela para trabajar en una fábrica de betún, experiencia que lo convirtió en un crítico feroz de las injusticias sociales.

Dickens comenzó su carrera como periodista y reportero parlamentario. En 1836, alcanzó el éxito inmediato con la publicación por entregas de «The Posthumous Papers of the Pickwick Club». A lo largo de su trayectoria, escribió novelas serializadas que capturaron la imaginación del público, creando algunos de los personajes de ficción más icónicos de la literatura. Entre sus obras maestras se encuentran «Oliver Twist», que denuncia la vida en los hospicios; «David Copperfield», con tintes autobiográficos; «Great Expectations», y el popular relato «A Christmas Carol».

Su estilo se caracterizó por una mezcla de humor, patetismo y crítica social. Utilizó su pluma como una herramienta de activismo, abogando por reformas en la educación, la justicia y las condiciones laborales. Dickens falleció en 1870 a causa de una apoplejía y fue enterrado en el Rincón de los Poetas de la Abadía de Westminster. Su legado literario es perdurable, y sus obras continúan leyéndose y adaptándose en todo el mundo.