Alejandro es un niño increíble. Tiene dos tortugas en su casa y una pecera, con los peces que ha recogido cuando llueve. Habla poco y cuando lo hace siempre dice algo bonito, como la historia de los peces linterna o los peces luna, o cómo es esa magia que posee en sus manos y en su alma que le permite salvar peces. Además, le gusta jugar fútbol, contar lo que hay en el fondo del mar, darles de comer a los pájaros y oír por la noche la música que tienen los cóngolos.
La historia de Alejandro descubre el valor de la amistad con la naturaleza, la magia de los deseos hechos realidad y la capacidad que deben tener los niños de no perder nunca la imaginación y la sensibilidad por todas las cosas, en especial, por la naturaleza. Alejandro nos enseña a ver la realidad desde esa perspectiva y así lograr ser capaces de encontrar la belleza del amor.