En Amada está lavando se le da voz al más humilde de los seres humanos, y se logra que la simplicidad y la inocencia de un ser anónimo se conviertan en la inesperada lección de la existencia. No es Amada quien habla, es la vida misma; es el canto de los oprimidos, de los marginados, de los que únicamente poseen la verdad vivida.
Esta novela fue publicada por primera vez hace treinta y cuatro años; cada vez está más vigente y les habla con mayor propiedad a los lectores jóvenes. Sumada a los seis cuentos que componen este volumen, configura la geografía de un barrio en una ciudad de mediados del siglo XX, desde donde se expresa lo universal a través de la experiencia particular.