Yara debe pasar sus vacaciones, en contra de su voluntad, en la casa de su abuelo en los Llanos Orientales. Hace mucho que no lo visita y cree que se encontrará con una casa muy aburrida que no tiene luz eléctrica, ni internet. Además, su tía abuela le ha contado que en esta región de Colombia, abundan los espantos. La niña, entre desmotivada y asustada llega a la finca, donde su abuelo la recibe de manera amorosa. Poco a poco irá descubriendo los encantos del llano, sus costumbres, el trabajo del campo, la belleza de sus tierras, la amistad de sus pobladores y los misterios que se cuentan generación tras generación.