Esta novela, escrita con un lirismo que sorprende, desnuda descarnadamente el drama de un campesino dedicado, por la fuerza de la fatalidad, a trabajar en las oscuras y fétidas galerías de una mina de carbón para no morir de hambre.
Los sombríos socavones simbolizan la vida misma: laberinto indescifrable, donde la esperanza ha cambiado su color por el de la fría y negra roca milenaria.