El protagonista comienza la narración escribiendo una carta a su hija, con el fin de explicarle los hechos que lo llevaron a su situación actual. Le habla de su infancia donde la deformidad de uno de sus pies (que su madre acaricia amorosamente cada noche), junto con el carácter estricto de su padre, marcaron su personalidad. Temeroso del mundo, crece con un sentimiento conflictivo acerca de todo aquello que proviene del exterior. Cuando llega el momento, se casa con una joven de su comunidad, sin un acercamiento previo, y la llegada de una hermosa mujer extranjera (de la Cochinchina), despierta la pasión inexistente por la vida, cuando ya no es libre. Sin embargo, los múltiples miedos inculcados en la infancia lo paralizan y los días va pasando en la inacción, que luego se revierte en su contra. El título deriva del comienzo de Ana Karenina: "Todas las familias felices se parecen unas a otra, pero cada familia infeliz lo es a su manera". Es una bella novela introspectiva, llena de sutiles claves acerca del miedo, la soledad y las tradiciones.