El nombre de Fernando Soto Aparicio ha trascendido las fronteras no solo geográficas sino idiomáticas. Obras suyas se encuentran en todo el continente y en España, y asimismo en países de culturas tan distantes a las nuestras, es el caso de la cultura rusa o china. Dentro del panorama de las letras hispanoamericanas, obras como «La rebelión de las ratas» (adaptada a televisión y un clásico indudable de la narrativa colombiana del postboom), «Camino que anda», «Mientras llueve», «Puerto Silencio», «El espejo sombrío», «Después empezará la madrugada», «Viaje a la claridad», «Hermano hombre», «La cuerda loca», o «La demonia» (para solo citar algunas), constituyen verdaderos mojones de nuestra historia literaria contemporánea.